jueves, 19 de junio de 2014

¡Menos SI's de conformismo y más NO's, tenemos que reconstruir la educación!


Para dar por finalizado el blog con el que llevo trabajando 5 meses, he decidido incluir la reflexión que realizé para el exámen de esta asignatura, puesto que me encantó reflexionar lo hablado en las clases y además me alegró mucho que mi reflexión mejorase la nota de mi exámen.


Como conclusión de este exámen, estos días y todas las clases anteriores, voy a relatar mi opinión y experiencia vivida. Al haber tenido durante mi educación a una profesora, una profesora contada que me hiciese abrir los ojos en cuanto a aprender, me identifico completamente con lo hablado y reflexionado en las clases, puesto que creo que si esta profesora no me hubiese transmitido su pasión por aprender algo nuevo cada día o su pasión por leer, la historia, el arte y la filosofía creo firmemente que ahora mismo no estaría donde estoy, ni sería autodidacta, ni curiosa en mi vida. Lo que quiero decir es que si un profesor a través de sus emociones consigue plasmarlas en el alumno y hacerle ver la luz, ayudándole en sus errores y animándole en sus logros, creo con plena seguridad en que hoy en día no escucharíamos continuamente el fracaso escolar por la falta de motivación de los alumnos en las aulas, ni habría un 50%  de jóvenes que abandonan sus estudios en el mundo como leí decir en una noticia a Dolors Reig Hernández, psicóloga social y experta en educación 2.0.

 
Si en las aulas no se diese estrictamente los contenidos que se han de ver y hubiese una relación cordial y empática entre los alumnos y el profesor, destruyendo esa barrera entre ambos, habría educación, motivación y pasión por aprender.


Si durante el colegio se fomentase más la creatividad del niño y no se dejase matar por las asignaturas consideradas importantes, todos tendríamos mayor capacidad de imaginación frente a un papel, habría menos plagios y todos poseeríamos mayor personalidad.


Si con el paso de los años el profesor hiciese conocer los puntos fuertes y débiles del alumno a este, seguramente el alumno días previos a la PAU o a una elección sobre qué camino elegir en su vida, sabría qué estudiar y en que trabajaría el resto de su vida con vocación.


Si seguimos así, sin transmitir emociones en cada clase, los alumnos seguirán mirando continuamente  cada minuto que pase en su reloj deseando que termine aquel infierno.


Si cada uno no aportamos nuestro granito de arena en el sistema educativo, si nos quedamos de brazos cruzados  y si nos callamos, sinceramente la educación irá a peor. 

¡Menos SI's de conformismo y más NO's!
¡Tenemos que callar y asentir menos y reconstruir la educación!

Sandra Herrero Bayón